El hormigón verde potencia el concepto de ventana atmosférica, debido a que la radación infraroja es la única radiación no detenida por la atmosfera y por tanto la única que no causa el efecto invernadero.
El hormigón y el cemento tienen mala fama entre la población por ser productos nocivos para el medioambiente.
En este artículo intentaremos fundamentar el porque podemos considerar a estos dos materiales como nuestros grandes aliados en la sostenibilidad del planeta.
El cemento tradicional absorbe la energía y luego irradia calor. La temperatura de las ciudades y del interior de los edificios se eleva y necesitamos aumentar el gasto para enfriarlos. Es por ello que el Centro de Física de Materiales (CFM) que pertenece tanto al CSIC y la Universidad del País Vasco ha desarrollado un nuevo tipo de hormigón denominado fotónico. Este hormigón no se calienta cuando se encuentra bajo la exposición solar.
Los investigadores han comprobado que incluso en las horas de mas intensidad solar este hormigón se mantiene entre 3 y grados por debajo de la temperatura ambiente. En cambio, el hormigón tradicional puede llegar a los 60-70 grados centígrados.
¿Cuál es pues el secreto de este nuevo hormigón?
El hormigón fotónico es una tecnología de enfriamiento radiativo, que consigue no absorber todo el calor debido a que refleja la energía solar en forma de radicación infraroja. Y como hemos comentado en el principio esta radiación es la única que no provoca efecto invernadero por lo que nos va a ayudar en la sostenibilidad del planeta. Si además mejora el enfriamiento interior de los edificios estamos reduciendo el gasto de energía en su refrigeración.
El próximo objetivo es realizar una prueba de concepto aún más ambiciosa, en la que realmente se pueda medir la repercusión del proyecto para la eficiencia energética de los edificios que se construyan con este material. Así que en este verano de 2024 el hormigón fotónico será probado en el edificio experimental Kubic ubicado en Derio (Vizcaya). En esta fase, se construirá un tejado real para monitorizar las temperaturas que alcanzan las habitaciones situadas debajo en contraste con las que provoca el hormigón convencional.
«En las zonas templadas del mundo, como la nuestra, el presupuesto destinado al enfriamiento ya se sitúa en torno al 50% de todo el gasto energético», afirma el coordinador del proyecto Miracle, «pero en otros lugares del planeta ya es muy superior». Por eso, el ahorro directo de energía es para las edificaciones que se construyan con este sistema es uno de los puntos fuertes de esta iniciativa, pero no el único.
Al hormigón verde o fotónico se le unen nuevos conceptos como las baterías de cemento, o el almacenamiento y generación de energía termoeléctrica son sólo algunas de las soluciones tecnológicas que trataremos en otros artículos.